Las emisiones de CO2 procedentes de energías fósiles aumentaron un 0,9% en 2022. Y si bien alcanzaron un nivel récord, la cifra es menor que lo que se había previsto. Según informó la Agencia Internacional de la Energía (AIE), esto se debe a que las llamadas energías verdes compensaron en parte la mayor demanda de petróleo y carbón. “El riesgo de un crecimiento desenfrenado de las emisiones por un mayor recurso al carbón en un contexto de crisis energética no se materializó”, expresó la agencia en un informe basado en datos públicos nacionales, que hizo público ayer.
“El auge de las energías solar y eólica, de los vehículos eléctricos, de la eficiencia energética y otros factores frenaron el aumento del CO2”, explicó la entidad, creada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para asesorar a los países ricos en temas energéticos.
Pero la buena noticia es más que relativa, dado que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) procedentes del uso de energías fósiles -que representan las tres cuartas partes de los gases de efecto invernadero-, mantienen una trayectoria de crecimiento insostenible e incrementan los desajustes climáticos, advirtió la AIE.
Las emisiones planetarias de CO2 procedentes de energías fósiles alcanzaron un récord de 36.800 millones de toneladas en 2022. Y ese volumen sería aún mayor -de 550 millones de toneladas- sin las nuevas infraestructuras energéticas bajas en carbono, que el año pasado aseguraron el 90% del crecimiento de la producción de electricidad.
Cifras
En 2021, el aumento de las emisiones relacionadas con la producción energética se disparó un 6%, después de un 2020 de fuerte retroceso debido a la crisis a raíz de la pandemia de la covid-19.
Las emisiones globales de CO2 en 2022 procedieron de la mayor demanda de energías fósiles relacionada principalmente con episodios climáticos extremos y con los problemas de funcionamiento de numerosos reactores nucleares, dijo la AIE. Las emisiones provocadas por el uso de petróleo crecieron 2,5%, aunque se mantuvieron por debajo de los niveles previos a la pandemia. La mitad de ese aumento se explica por la reanudación del tráfico aéreo, indicó la AIE.